sábado, 24 de julio de 2010

XVII.- LA DESPEDIDA.

Y la vida no paraba: ese mismo día salía publicada la revista;  sería el último artículo de Josefina.

Primero la iglesía se llenaba de gente y flores  Dos curas realizaron la misa. La música parecía que venía del cielo. En un momento, Josefina sacó de su cartera un papel, subió al altar, tomó el micrófono y con voz quebrada leyó….


- “Gracias papá, solo lo que tengo es gratitud, te dije todo, a veces confundida, pero no podré convalidar nada parecido al amor que entre nosotros nos tenemos. Que descanses en paz”

A las tres de la tarde la revista en los kioskos:

"QUE COMO TERMINÉ MIS VACACIONES?




Me levanté temprano sabiendo que anoche, cuando Max fue a dejar a la Vero (polola, así parece) la batería nuevamente había muerto; cosa rara, ya que el jueves de la semana anterior le habían cambiado alternador y la betería tiene cinco meses aproximadamente.

Después de terminar de cargar el auto, cerrar casa etc.. Metimos el perro al asiento trasero para buscar un taxista que me hiciera puente, con las ventanas abiertas para que no le diese claustrofobia. Pasó uno y por dos lucas me hizo partir el auto. Nos subimos felices a acelerar para que el alternador cargara la batería; pero que sorpresa: las ventanas traseras no cerraron, la calefacción no funcionó como tampoco los señalizadores ni la cuestión que marca la velocidad ni la bencina.

Llegamos a la Shell a cargar combustible con el motor andando y sin dejar de hacerlo nos llenaron el estanque; trataron de ver el corto circuito pero entendían menos que yo.

Con la imprudencia de la juventud partimos. Velocidad de crucero funcionaba y luces también.

A poco salir de Algarrobo se largó a llover, uno de los limpiaparabrisas perdió la punta de la goma y chirriaba como tiza en la pizarra, y rayaba que era lo menos frente a frío que sentíamos.

Nunca jamás un auto se me había convertido en descapotable, al menos como sensación y la lluvia que entraba por las ventanas, más el zumbido del viento hicieron que perdiera toda sensación de velocidad. 100, 140 kilómetros por hora? Nunca supe,

Se que pasé todo vehículo que me hiciera bajar la velocidad; y como si el diablo hubiese metido la cola, sin luces de tablero pero se prendía en forma constante la luz de la batería y del alternador.

La pregunta es como llegue: como no habíamos almorzados, por ventanilla en el Mac Donald nos vendieron dos cuartos de libra, dos coca cola, papas fritas y una porción de nugget.


Que como me siento?. Con el stress y el frío no se si tengo cuerpo desde los hombros hacia abajo, casi cuadrapléjica; los brazo y piernas del stress y el traste de lo dura que venía.

Mi pregunta es: Donde está MI PADRE?

La huerfanita"

viernes, 16 de julio de 2010

XVI.- LA CARTA.-

Mientras continuaban llegando más amigos, la terraza se incluía para recibirlos, y la nana servía whiskys y café y la gente murmuraban algo que Josefina no escuchaba por la distancia, Graciela había llamado a Joaquín quién llegó junto a Macarena con ojos que sabían a llanto. Entró al escritorio y abrazó a su madre en un abrazo profundamente silencioso, la besó en la mejilla una y otra vez, la besó en la frente, y saludó a cada uno de los hombres que ahí se encontraban, y cuando iba a salir a ver a Graciela, Patricio le solicitó que se quedara; estaban esperando la llegada de documentos.

-Pero voy a ver a mi hermana y vuelvo
- Gracielita- mientras permanecía abrasada a Macarena-, tranquilas por favor.

Les sirvieron un café y se sentaron rodeados de personas que ellos jamás habían visto a parte de Sarita.

Josefina en silencio pensaba en soledad, parecía ser que se había transportado a otro mundo, el frió había pasado y no se dio cuenta cuando Joaquín estaba sentado a su lado acariciándole la mano.Después de un rato, llegaron los documentos que Francisco había ido a buscar. Venían dentro del maletín de la oficina, cerraron la puerta, se dieron cuenta que Graciela y Macarena no estaban, León que estaba más cerca de la puerta las fue a buscar.

Partió Francisco hablando:

- Ustedes no me conocen; pero nuestros padres eran socios por lo que nuestra amistad es de más de medio siglo; y me toca la misión de entregar una carta que hace mucho tiempo José Manuel le escribió a Josefina.- pasándole un sobre tamaño oficio-.
Josefina la abrió con calma, sin si quiera percatarse que todos los ojos estaban puestos en ella. Comenzó a leerla en silencio, pero Graciela al ver la cara de su madre le pidió

- Por favor!!! Léela fuerte
Sacó un coraje, retomando la calma y serenidad, carraspeo y comenzó a leer en voz suave y pausada.

Mi querida y adorada Josefina:
No es fácil explicar las historias de los hombres; pero intentaré hacerlo.En un verano, cuando yo tenía solo diez y siete años conocí a una mujercita de diez y seis en ese entonces, inteligente, preciosa, sensible que no reconocí como el verdadero y único amor de mi vida. Nos juntábamos en la playa de “Buena suerte”, tomábamos el sol, hacíamos picnic, jugábamos a escribir nuestros nombres en la arena hasta que las olas del mar los borraban, hicimos paseos a caballos y nos perdimos entre bosques nativo, pero como todo cuento, ella debía volver al norte desde donde provenía y nuestra relación se transformó en cartas con una frecuencia al comienzo diaria y que a final de año fue perdiendo fuerza. Durante todo ese año anhelé que volviera el verano, sin tener la certeza que ella volviese.

Mis oraciones y sueños se hicieron realidad; a fines de enero, nuevamente la encuentro en la playa; con dos amigas en una cabaña que habían arrendado. Los paseos se hicieron intensos, fiestas en otros campos, caminatas y cabalgatas. No se como saqué fuerzas desde el fondo de mi timidez, y le declaré todo mi amor. Iniciamos una maravillosa relación, con tal fuerza y plenitud, que el solo escribirla me hace volver a sentir, casi con la misma intensidad, la manera en que perdí la cabeza por ella y solo viví por y para ella. Pero debían regresar porque el dinero se les habían terminado. Como mis padres se encontraban de viaje, me sentí el dueño de casa y las invité a que terminaran el verano en “Buena Suerte”. Aceptaron; esto me permitió vivir cada segundo como una eternidad y el paraíso me parecía que se llamaba “Buena Suerte”.

Marzo nos permitió seguir en el campo dado la huelga de la universidad por el alza de las matrículas. Amándonos estábamos, cuando me informó que la “regla no le llegaba”.
La universidad reanudaba el año académico y debía volver a Arica, y desde allá me informaría si estaba o no embarazada.

Pasó el tiempo y por carta me confirmó la noticia.

Los tiempos no eran los de ahora. Mis padres tomaron la decisión una vez que les informé, de llevarme a Paris a estudiar un año. Grité, lloré y pataleé, pero lo que los padres decía….se hacía, y sin discusión; a pesar Josefina de las muchas que existieron.

Los odié, me habían arrancado el corazón. Decidí, no mostrarles mis sentimientos y callar hasta volver y que cumpliera los veinte y un años- para ser mayor de edad- y casarme.

Las cartas se demoraban más de ocho días en llegar.

De pronto dejé de recibir cartas.
Perdí contacto.

Volví a Chile y la busqué en su ciudad, no la encontré; nadie sabía nada, solo que se había ido del país Me recibí y formé la revista; en eso estaba. Soltero y buscando a aquella mujer que me había dado un hijo o una hija.

De pronto en el diario me entero de un accidente aéreo de un joven profesional. No se porque me impacta el tema. Al día siguiente, otro diario muestra una foto del funeral donde aparece tu madre junto a ti y Joaquín de tu mano. A través de la funeraria logro ubicar tu dirección, me reúno con tu madre.

Nos contamos todos estos años de desencuentros, seguía siendo la mujer de mi vida.
Me cuenta que te llamas Josefina, como homenaje (casi póstumo como ella lo sentía) a mi nombre. Me cuenta que eres…..lo que no puedo describir, porque no tengo ni encuentro las palabras adecuadas.


Pensamos como explicarte todo sobre con el dolor que ya tenías por la pérdida de tu marido. Agregar otro dolor más?

Elaboramos un plan, ; escribes de manera graciosa. Podrás aportar tu sabía visión de la difícil vida que te ha tocado vivir. Sería la forma de conocerte. Sería la forma de ser tu padre-editor y en algún momento te lo diríamos.

He amado a dos mujeres; a tu madre y a ti. Ambas con locura.

Me he sentido orgulloso de mis nietos.

He vivido intensa y profundamente mis períodos de infiernos y en la más profunda soledad cuando ustedes no existían, días de tinieblas, y por eso, cuando a través de tu dolor las he encontrado, he encontrado al fin, la paz y alegría que solo ustedes me podían brindan.

Un beso enorme a Graciela, Macarena, Joaquín y especialmente a mi dulce y preciosa hija.

El papá”
Josefina, la guardó en su cartera y le pidió a Joaquín que las llevara a la casa; mañana sería un día agotador.

No se hablo nada.

Era más que la fría muerte, era más de lo soportable.

Al día siguiente, a las nueve en los Benedictinos, de negro riguroso, con un ramo de rosas rojas que no cabían en sus brazos, Josefina las colocaba en el féretro de su padre.

Durante el día, las visitas no pararon de llegar. Se rezó, se conversó; Josefina y su familia guardaron el más absoluto silencio, no despegaron ni los ojos ni sus manos de la ataúd, y el desosiego de la triste y cruda realidad.

jueves, 15 de julio de 2010

XV. EL DESASTRE.

El tiempo pasaba rápido para Josefina cuando estaba con José Manuel; y le era eterno sin sus visitas. Con cierta frecuencia era invitado a casa y telefónicamente mantenía una relación muy cercana tanto con Graciela como con Joaquín.

Había llegado la temporada de concierto y ballet en el teatro Municipal y don José Manuel compró abono para toda la temporada, pero a diferencia de años anteriores consideró a Josefina también.

Ese día, habían asistido al concierto de piano del compositor Philip Glass, después, caminando bajo un otoño con liquidámbar desde el amarillo suave hasta el rojo pasión llegaron a unos de los restaurantes más clásicos del Centro de Santiago, donde cenaron y encontraron a un amigo de su juventud.

José Manuel se tupió entero al presentar a Josefina como “su amiga del alma” y ella sonrojó al escuchar esa frase. Otra confusión más – pensó-.

Se le vino a la memoria las interminables conversaciones y el ímpetu que ella colocaba en cada una de sus palabras, esperando una, solo una frase de amor, de pasión. Pero la noche continuó y al terminar la cena, del brazo y silenciosos la fue a dejar a casa.

Antes de bajarse, y pidiéndole disculpas como niño a su madre, con voz suave y casi susurrándole le preguntó:

- Estás enojada con el hombre que más te quiere en el mundo?
- No, porque habría de estarlo?
- Esos silencios tuyos dicen algo.
- Mutuos silencios en todo caso
- No me vas a dar un dulce beso de despedida?
- Es necesario?
- No podría ni por un minuto irme sin tu sonrisa y mi acostumbrado “que descanses y amanezcas mejor que hoy aún”.

Josefina soltó la risotada y lo abrazó hasta besarle la mejilla una y mil veces. Abrió la puerta del auto y bajo rápidamente, mientras José Manuel, por la ventana le gritaba:

- Amigos como antes?

Josefina se volteó y tirándole un beso con un soplo en su mano se adentró en su casa.
Cerca de las dos de la mañana, sonó el teléfono. Era un socio de don José Manuel, le avisaba que había sufrido un accidente y que se encontraba grave en la clínica Británica.

El grito que Josefina dio salió desde el útero, tan fuerte fue que Florencia y Graciela despertaron. Mientras se vestía les narraba la llamada, y Graciela casi autómata se encontraba ya sentada en el asiento del copilotos.

El trayecto fue a una velocidad superior a la que acostumbraba a manejar. Graciela lloraba desconsoladamente.

Una vez en la clínica corrieron a urgencia, allí se encontraban llorando la nana y Sarita, y desesperados Patricio, dos de los socios del bufete de abogados y un grupo de personas que Josefina no ubicaba.

Salieron a encontrarla y la abrazaron, dejando los sentimientos que se mostraran silvestremente.
- Donde esta, quiero ir donde él- gritaba Josefina
- Acaban de avisarnos que no se pudo hacer nada- dijo Patricio secándose con un pañuelo sus mojados ojos
- No está claro aún, pero fue cerca de la casa, cruzando la avenida Alonso de Córdova, al parecer el otro vehículo, que veía como un demonio no respetó la luz roja y siguió de largo impactando el auto de José Manuel.
- Pero donde esta. Quiero verlo
- No creo que nos permitan
- A que hora fue?
- Cerca de las dos y media
- Quiero pasar, aunque sea un minuto

Francisco Echaurren se metió a la sala de urgencia y solicitó que Josefina se despidiera, al rato salió con la respuesta, “solo cinco minutos”, mientras le daban un jugo de damasco comprado en la máquina expendedora.

- Mamá: te quiero acompañar
- No Graciela, recuérdalo como era, puede que sea fuerte para ti en el estado que esté. Espérame aquí y veo si puedes pasar

Sarita se acercó, abrasó a Graciela y la llevó a una salita donde intentaba consolarla.

Josefina entró, bajó la sábana que cubría su cara, y comprendió de inmediato la magnitud del siniestro. Estaba totalmente desfigurado, suavemente rozó sus gruesos y peludos brazos, cada vez con más intensidad, mientras le exigía que le explicará porqué. No hubo respuesta. Entró el doctor para sacarla y ella le suplicó por más tiempo, que le explicara todo, que no era capaz de elaborar la muerte sin tener antecedentes. Sentía rabia; la había abandonado justo ahora que se había enamorado.

- Josefina: que te gustaría para José Manuel? Donde quieres velarlo?
- Me encantaría la iglesia de los Benedictinos que a él tanto le gustaba.
- Está la funeraria; quieres algo especial, no se de música, de flores que se yo…
- El coro de la universidad católica y ojala pudieran cantar al menos “Nessun dorma”, el “ave maría”, y me gustaría que para la salida cantaran “unforgettable”, las demás elíjalas usted.
- Me parece muy adecuado. Y a que hora el funeral?
- Lo más tarde de pasado mañana para estar lo máximo con él.

El de la funeraria tomó toda clase de notas, desde el tipo vehículo y color de este, tipo de calidad de ataúd y color, número de personas en el coro, tamaño y forma de ramos a llevar; flores y colores, anuncios en el obituario de el o los diarios, hasta que al final sumó y la cuenta se la entregó a Patricio. A las nueve estaría en el salón del velatorio de los Benedictinos.
Se paró y se fue con todos los papeles firmados y el cheque en el bolsillo, mientras los demás le hacían un ademán, para que Josefina permaneciera sentada.

miércoles, 7 de julio de 2010

XIV.- ENOJOS MÚLTIPLES.-

Graciela andaba molesta; después de varios días pudo sacar su rabia a flote. Había estado con su padre y su versión era que "lo habían botado como a un perro por cuidar a la abuela", que vivía sino en la miseria, al menos en una incomodidad que no estaba acostumbrado.

- Mamá: me da pena mi papá, me ha contado como vive y..
- Graciela: sé positivamente que todo lo que te diga va ha ser espantoso, pero su finalidad es volver, y yo la verdad que ni muerta
- Pero como hacerlo para que sea menos traumático para el?
- Creéme que es un viejo soldado de grandes batallas como es él, le será facil; ya encontrará alguna mujer que se enamore y verás que es más rápido de lo que imaginas.
- Es que no tiene ni lavadora
- Que mande a lavar su ropa a fuera, eso haría yo no?
- Y que va ha pasar con él para ahora navidad?
- No tengo problema que lo invites; pero dudo que acepte

Al poco rato se escuchó que Graciela conversaba por teléfono; suplicaba a su padre. Regresó a la pieza de su madre, se tiró sobre la cama y semi recostada le dijo:

- Mamá: tenias razón. No va ha veneir. Y como crees que voy ha pasarla yo sabiendo que él está solo como un perro?
- Te está manipuleando. La pasará con Victor, te apuesto.

Fue una navidad sencilla, la casa no había sido decorada como años anteriores. Faltaba espíritu navideño, sin la abuela y sin Raimundo, cada uno con su pena, cada uno con su rabía y solo uno en alegría. Vino José Manuel, quién de sorpresa trajo unas langostas preparadas. Fue serena y pacífica. Fueron a misa, cenaron . Cerca de las doce abrieron los regalos. Todos casi desmayaron: a don José Manuel le regalaron una foto ampliada del matrimonio de Joaquín en que aparecían la abuela, los novios, Graciela, Josefina y él. Lo valoró de manera exagerada.

- Me han incluído en la familia, esto es más de lo que me habría imaginado

Graciela recibó un par de aros de esmeraldas en forma de lágrima y Josefina el pendiente; entre ambos se formaba el juego de alhjas. A su vez, Joaquín y Maca un reloj cada uno. Nadie se atrevió a preguntar nada, pero estaba claro que eran joya de la familia. Enmudecieron y agradecieron entre besos y abrazos.

Terminado el intercambio de regalos, Joaquín con Maca partieron a la casa de sus suegros.

Graciela salió con Roberto, don José Manuel se fue a su casa y Josefina se acostó.

Al día siguiente Josefina se juntaba con amigas, mientras Graciela lo hacía con su padre que le contó lo solo y triste que había estado, y que no había podido regalarle nada ya que todo lo gastaba en instalarse en una "casita".

Pasado unos día, Josefina se encontró en el centro con la ex-mujer de Victor; ahí se enteró que ambos machos se habían divertido de lo lindo con unas peruanas y otra argentina; tan solo y botado como un perro no había estado. Poco tiempo después inicaba una relación con una de las extranjeras.

domingo, 4 de julio de 2010

XIII.- LA FATAL CLASE MEDIA.

Josefina después del funeral entró en una estado profundo de tristeza. La relación con su madre había sido tan cercana, lo pasaban tan fenomenal y lo mejor, se entendían a la perfección y aunque los últimos días era previsible su muerte y el pavor que le causaba esa pérdida de “pertenencia”, la falta de su rezago acogedor, la sociedad en la “batalla de la vida”, dejaban en su garganta un espasmo difícil de tragar. Lo que si la tranquilizaba era el hecho de que hubiese fallecido en su casa, junto a los suyos.

La vida siguió su curso, porque el mundo no paró frente a su pena; cada uno a lo suyo y Josefina entre sus rutinas del baño, el que me pongo, la pelea del café y el cigarro con Florencia, la oficina de seguros y la administración del edificio, la hacían correr lo suficiente como para llegar agotada a comer y en la cama conversar con Graciela de los grandes detalles del día.

Los cafés y medias lunas con don José Manuel se hicieron más frecuentes, como las idas al cine o al campo. Josefina sentía que cada día que pasaba más lo quería y e veces él más la confundía, con refranes y frases como” Olvidar a alguien es duplicar los buenos momentos con ella”.

Una noche de sábado, sola con su perro, deprimida y con un pisco sour, se sentó frente al computador tratando de pensar que escribir. No pensó mucho, se dejó llevar y brotó casi del alma.

“La triste y fatal clase media, el malabarista de los platillos bailando:

No es una comedia, ni un espectáculo circense, es la triste y cruda realidad de nosotros, la FATAL CLASE MEDIA.

Por experiencia propia pareciera ser, que a pesar que casi todos dicen que forman parte de ella, es bastante más terrible pertenecer a esta cuando se ha tenido preparación e instrucción académica de nivel superior, y por diversas razones de vida, no generamos recursos económicos suficientes, para pagar a nuestros hijos, educación, salud, vivienda, alimentación, diversión, gustos y estilo de vida de acorde o similar a aquellos que vivimos en nuestra niñez, adolescencia y juventud. Es decir vivir el estándar de vida tanto a nivel económico, social, cultural y educacional en el cual nacimos, - que a diferencia del pobre, que nada tiene que perder porque desgraciadamente nada tiene, y no ve la posibilidad de salir de su pobreza, y el rico que siente que tiene su futuro asegurado, nada tiene que temer-, nosotros la fatal clase media creemos y nos movemos en relación al esfuerzo y al trabajo, y estamos constantemente luchando por permanecer en este inestable status.

Mi clase media, hoy es el jamón del sándwich; debe sostener a los más ricos y levantar a los más pobres. En esta pasada, en que yo observo absolutamente todo, y me hago más pobre, porque claro, me cuesta pagar el colegio particular de mi hijo del cual soy ex alumno y que representa un porcentaje importante de mis ingresos, y aspiro a que reciba la misma o mejor educación que yo; pero por otra parte, como conozco muy bien lo que es la educación pública; sus falencias, porque aparte de lo gratuita, todo lo que instruye no ayuda y no da los elementos para que mañana puedan mantener la misma calidad de vida, que con esfuerzo estoy tratando de lograr, sino que corro el riesgo tremendo que bajen aún más de clase social, y ya no solo sería la económica, también podría agregarse la educacional y esa es la única herencia e inversión para el futuro de mis hijos.

Para mí, educación me significa tener los siguientes platillos bailando:

- Colegio
- Seguro de accidente
- Cuota de centro de padres
- Cuota de curso
- Ayuda solidaria
- Psicopedagoga
- Concerta
- Regalo de cumpleaños compañeros
- Almuerzo
- Locomoción
- Útiles y/o reposición de estos
- Ropa

Solo doce platos sobre doce palos en constante movimiento, ni uno puede detenerse, porque de inmediato por recoger al caído el efecto dominó se hacer ver.

Y por otro lado, no soy tan pobre como para recibir ayuda social, beca o subsidio. Tengo un muy buen sueldo, y el lugar debo dejárselo a un pobre, pero para el pobre, el ítem educación es uno solo, y todo o casi todo es subsidiario por el estado.

Vamos a otro ejemplo; salud.

Como mi sueldo es bueno, (porque nuevamente me van a tomar el cien por ciento de lo que gano, sin descontar el tema de educación anteriormente descrito), es que no soy pobre, y por lo tanto debo pagar:

- Isapre
- Farmacia
- Seguro complementario y/o catastrófico
- Dentista
- Ortodoncista
- Unida coronaria
- Y ojala que no este pagando en cuotas alguna diferencia por una simple operación desde, la extirpación de un inofensivo lunar hasta una inesperada apendicitis. Para el pobre, el ítem salud es uno solo o la posta o la funeraria. Ambas casi costo cero.

Yo aún tengo expectativas de ser uno de los individuos que esté dentro de la media, en relación a la edad de muerte, por lo que pago todo a fin de llegar a mi anhelada tercera edad, y no me alcanza para ahorrar, y dejarles a mis hijos al menos, el funeral organizado y documentado, cosa que cuando esto ocurra, ello pagarán en cómodas cuotas mensuales, igual como le he hecho yo, y otro gasto fijo acumularan. ¿A que ítem pertenece este gasto? No es salud, no es educación, no es alimentación, no es vestuario, tampoco es el patio 29, es un gasto más para la fatal clase media.
Siete platillo más!!!!. Sin contar el funeral. Y yo…., sigo corriendo. No olviden, vamos en diez y nueve.

Alimentación:Esto es más grave; se comer, cocinar, degustar, tomar, servir, atender como la alta clase económica, pero dispongo de recursos tan limitados, que la imaginación se hace necesaria para inventar, crear, copiar, idear, reproducir aquello platos que por foto veo en revistas, televisión, Internet, en publicidad de los “delivery”, en las calle, en todas partes, incluso en el Líder cuando voy semanalmente con el carro cada vez más lleno de azúcar marca Líder, arroz envasado por Líder, aceite de marca desconocida casi a granel importado por Líder, leche Líder que generalmente los niños no se acostumbran, cereales Líder, un equivalente a mi adorado “nescafé”, de etiqueta similar pero con Líder entre medio, fideos Líder, detergentes Líder, (incluso estoy agregando ropa Líder, buenos calzones o bombachas como le llaman en el Líder, y corpiños de colores caribeños fosforescentes, ideal para pobres, súper alegres y llamativos. (¡Excitantes y calenturientos para las frías noches de invierno !)

Continuemos con la lista, vino en caja, y todo lo alternativo que alguna vez mi refinado paladar disfruto y no se imaginó nunca, que algún día el comer, pasaría a ser un lujo para la fatal clase media. Todo esto se ve amenizado cuando al llegar a la caja te preguntan si tienes tarjeta Líder, porque entonces tienes un veinte por ciento adicional de descuento- aparte de la oferta-. Obvio que no la tengo, compro y me alimento casi como pobre y pago como la fatal clase media.

Me es difícil calcular cuantos platillos debo tener bailando pero estoy conciente que mis hijos deben alimentarse diariamente de hidratos de carbono, verduras, frutas, carnes, lácteos, grasas y azucares. Estoy segura que año que pasa, aumento la base de la pirámide, es decir cereal y tubérculos, que al menos nos dan la energía, pero de vitamina, minerales y proteínas vamos en bajada. Para efecto de egocentrismo diré que al menos hay siete platos listos, esperándome para agregarlos a los diecinueve anteriores. Uf!!! Continuamos, sin cansarnos, es temprano, y aun podemos más.

Continuamos con vivienda…..

No quieres irte a vivir a comunas donde son poblaciones emergentes.

Ahí no viven los amigos y compañeros de tus hijos.

Tampoco viven tus amigos, los que van quedando. No eres de los que se inscriben en el Serviu y prefieres sacrificar espacio y vives en lo que para la fatal clase media llamamos condominio, y nuevamente, el dividendo del crédito hipotecario o el arriendo, es calculado sobre el buen sueldo que ganas, sin descontar los doce platillos de educación, los seis platillos de salud y los siete de alimentación.

Los economistas le dan a este ítem un valor del veinticinco por ciento del buen sueldo.
¿Hablamos entonces de veinticinco platillos bailando en veinticinco palos diferentes? Ya, vamos bien son solo cincuenta y un plato. No es tanto, es menos que mi edad. ¡No te olvides nunca que eres malabarista!.

Pero toda vivienda implica:

- platillo de luz bailando
- platillo de agua bailando
- platillo de gas bailando
- platillo de gastos comunes bailando
- platazo de contribuciones bailando
- platillo de TV cable e Internet
- El plato de la nana, ya que sin ella no puedes trabajar y ahí dejas de ser la fatal clase media para pasar a ser pobre.
- El platillo de la INP
- El platillo de la AFP
- El fondo de la cesantía
- tu pequeño jardín
- tu perro

Solamente doce platillos más, vamos en sesenta y tres.

Aquí si que no existe ni un bono solidario. Conoces de marca, pero no puedes ni mirarla, eso si que es prohibido, tu condición de fatal clase media no te lo permite, no lo sueñes, ni lo mires.

Vestuario:

Aquí si que no existe ni un bono solidario. Conoces de marca, pero no puedes ni mirarla, eso si que es prohibido, tu condición de fatal clase media no te lo permite, no lo sueñes, ni lo mires.

Movilización, transporte, combustible:

No se cuantos platillos son; los lunes me suben la bencina entre un doce y un diecisiete por ciento a los diez días me dicen que lo rebajan en cero coma tres peso por dólar, para enterarme al domingo que el lunes nuevamente suben los combustibles. No creo quedar chica si digo que son unos diez platos. Estos son bastante dolorosos para mi fatal clase media.

¡¡¡Y vamos en setenta y tres!!!. Vamos, que podemos!.

No voy a hablar de fomentar el deporte y la cultura, sería hacer el loco.

No puedo pagar por ejemplo, un club donde mi hijo juegue football o tenis o haga gimnasia porque eso es considerado “extra”, solo para “ricos”, “pretencioso” y tengo un sueldo muy bueno como para tener en forma gratuita multicanchas en mi barrio. Por otro lado, en tres cuotas compre los útiles de mis hijos, menos puedo comprar libros, novelas, revistas, o ver ballet, opera, teatro, cine, exposiciones incluso museos. Todo es pagado. Nada subsidiado.

No hablar de pos-grados, cursos, ni talleres. Cada día encuentro un poquito de cultura en algún semáforo del gran Santiago, cada día me conformo con lo poco que voy manteniendo; ver televisión, los grandes “realitys” , las noche de “Morandé” y los programas de “Araneda,” cada día defiendo más mi fatal clase media.

Me quiero poner nerviosa al mencionar por ejemplo:

- ¿Prefieres asumir la posibilidad de un choque, o un incendio, o una muerte versus la tranquilidad de tener un “seguro” ( Si dijo si a todo, sume tres platillos, si dijo no es un irresponsable. Es como jugar a la ruleta rusa)

- ¿Qué prefieres leer el diario del metro aunque vomites con el movimiento o inscribirte en El Mercurio? (Aquí si los problemas de la fatal clase media son serios, por un lado debes estar informado para hablar con tu jefe), pero por el otro no puedes tener ningún platillo más bailando, en caso contrario debería pedir hora a un psiquiatra, cosa que la pobre y fatal clase media no puede contratar.

Extras:

- Si mi casa se llueve no me llevan a un gimnasio, no me regalan fonolita, ni los militares me toman al “apa”, para sacarme de la casa o cruzarme a la vereda del frente . La fatal clase media se rasca con sus propias uñas. Incluso en caso de terremoto.

- Tu hijo cumple quince años (cuatro platillos)
- Estas de aniversario de matrimonio (dos platillos)
- Invitaste a comer a tu jefe (seis platillos)

Entre todos los platillos que tienes bailando, de pronto, casi por una cuestión de sobre vivencia, recuerdas los días de infancia, parece que fue ayer, y ves que algunos que fueron nuestros compañeros de colegio, y hoy por herencias, por capacidad o por esa cuota de oportunidad y suerte nos encontramos en pisos tan diferentes, en las veredas del frente y somos tan NADA y tan TODO, que no podemos mantener nuestra amistad porque la brecha que nos separa es tan grande, que no hay capacidad analítica para diferenciar, entre lo que somos y lo que tenemos. El más rico, gana 220 veces más que el más pobre, y probablemente 210 veces más que yo.

Difícil parece ser mirar para abajo, sin juzgar que las necesidades del otro, de ese que se crió contigo siguen siendo idéntica a la tuya, porque ambos vivieron la misma historia, y cuando aprendieron a leer, fue juntos y a veces yo le gané y aprendí más rápido que él, entonces la vida me sonreía. Entonces yo no pertenecía a la fatal clase media.

Apurada y agotada volví a la realidad.

Moví todos los platillos, los que casi se caían y los que bailaban como trompos.

Abrí los ojos y me encontré en el colegio de mi hijo, estaba mi amigo y padre del compañero y amigo de mi hijo, quién también tiene déficit atencional, y a ambos los ve el mismo neurólogo, y a ambos les dan concerta, pero aquí parten dos diferencias básicas:

- El mío debe superarlo para ser feliz y mañana ser un profesional y aspirar a ....(comenzar a leer todo nuevamente, la historia se repite probablemente)
- El de el debe superarlo solamente.
- El mío debería ser cambiado de colegio (a juicio de mi ex amigo, el colegio no es para él, debe estar con uno con menos exigencia)
- El de él debe permanecer en el colegio para tener más amigo, ampliar su círculo social, cosa que cuando mañana lo encuentren idiota, al menos puedan agregar, “pero con plata”, y eso te da la condición de ser un Gilbert Becau, con pulmones vírgenes y no de la fatal clase media.

Cada mañana cuando me levanto, cojo todos los palillos y platos que necesito para vivir Algunos son los que les conté. Otros son los platos de:

- La pena
- Del cansancio,
- Del fracaso
- El plato de mi mamá
- El plato del marido

También muchos platos son de:

- Alegría y realización.

Y así, cuando llega la noche y agotada recojo cada platillo y cada palo, y los dejo al lado de mi cama tratando de descansar, generalmente, pienso como puedo mantener más eficazmente los platillos bailando, como puedo ahorrar un poco más de energía, como los puedo cuidar mejor para que no se me quiebren y a pesar de todo, de todo lo que me desvelo mañana, hoy....., se repite el mismo día de ayer.

¿Sumaron cuantos platillos debo tener ininterrumpidamente bailando por al menos diez y ocho horas diarias?

Y pretenden que no sea maníaco depresiva………,
Que no esté en Dicom…….,
Que me ubique en mi realidad……,
Que no deba, ni tenga, ni me sobregire, ni pida, ni piense, ni sienta, ni imagine.
¿PORQUE NO SE VAN UN RATITO A LA CONCHA SU MADRE ?????”

A los pocos minutos de entregarlo recibe una llamada de don José Manuel:

- Te invito
- Cuando
- Hoy
- No puedo, Graciela viene con amigos a estudiar
- Mañana entonces
- Ya, voy ha estar sola, Graciela almuerza con Raimundo
- Y nosotros juntos?
- Ok.
- Te paso a buscar tipo doce
- Lo espero

Josefina estaba feliz; apenas llegó Graciela de la universidad le contó de la invitación. Hasta Florencia, con su octavo sentido se lo comentó.

Buscó cera y se depiló, se arreglo las manos a la francesa, busco canas por si ya habían aparecido, eligió ropa, se acostó con una máscara de pepinos para refrescar, hidratar e iluminar su piel. Se levantó y eligió ropa, toda le parecía vieja, se probó una y otra, se mostró, pidió opinión se dio una y otra vuelta, hasta que al fin para la alegría de Graciela y Florencia se acostó.

Soñó e imaginó que después de almuerzo dormirían una siesta; no pudo dejar de pensar como sería hacer el amor. No pudo dejar de pensar si estaría quizás “el amigo”. La rabia y el desconsuelo entonces se apoderaban de ella. Prefirió no pensar y descansar; no podía dormir. Encendió y apagó el televisor una y mil veces, al final se durmió.

Silbando amaneció; el baño de tina caliente la esperaba después de su escueto desayuno. Se enrulo su pelo, se pintó suavemente hasta que Florencia le avisó que don José Manuel la esperaba.

- Que linda que estás
- Me arregle para usted.
- Te ves muy bien
- Bueno para que no pase vergüenza
- Sería el último sentimiento de mi vida que podría tener. Y donde te gustaría ir?
- Usted me invitó, usted sabrá
- Hum……….

Partieron en dirección a la casa de don Manuel José, pero continuaron más allá. Se bajaron en el parque de “Las esculturas” a orillas del Mapocho, Josefina figuraba tomada de su brazo con una naturalidad increíble, caminando y recorriendo.

- Tu sabes que este parque nació a raíz de la crecida del río en el año noventa y dos y esta es la primera obra que se instaló: La “Pacha Mama” de la Marta Colvin, que no es otra cosa que un tributo a la madre-tierra, - mientras grupos de personas a su alrededor, caminaban, hacían yoga o andaban en bicicleta.

- Me gusta, a pesar que nunca vengo, y es poco lo que entiendo de las esculturas modernas.
- No hay que entender, solo apreciar la estética, es……..una sensibilidad perceptiva, ya no necesariamente es la representación de la realidad y fíjate que es la única expresión del arte en que puedes usar el tacto; Mira Josefina “Sol y Luna” en granito negro. Observa lo minimalista que es……..
- Caminar con usted, es ver la vida de otra forma; es sentirse viva
- Nos sentamos un momento? Cuéntame ahora de ti, como estas con todo lo que ha pasado?
- Más tranquila. A Raimundo no lo vi más, poco ha visto a Graciela y lo poco que la ha visto, bien no le ha hablado de mi. Su postura es de víctima y por supuesto que si antes aportaba poco y nada para la casa, ahora es nada. En todo caso prefiero eso antes que vivir con él. Siento que la agobia; porque la he escuchado decir: si papá, pero papá y termina mal humorada. Lo de mi mamá, aún no estoy capacitada para hablar. Me duele el alma, pero ya sé que “el tiempo todo lo cura”, así me decían cuando enviudé.
- Y las deudas?
- A no que lata hablar de ese tema es muy personal.
- Como personal? Y yo soy nadie’
- Eres lo más importante que tengo después de mis hijos, pero eso no significa que deba tocar el tema. Las deudas ya se pagarán.
- Ayer leí “La triste y fatal clase media” fue una catarsis!!!
- Así lo vio?
- Obvio, además no puedes reflejar mejor el rol de la mujer de estos tiempos. Acuérdate lo que te digo, va ha ver un antes y un después en la revista. Está genial. Nunca me había puesto a pensar, la cantidad de roles, oficios y profesiones que una mujer vive a diario y lo poco reconocida que son sus labores. Y mientras leía pensé que era un bendito, un privilegiado de ser hombre.
- Pero: lo está viendo muy negativamente, porque también está el lado mío de la satisfacción de los hijos, el de la realización.
- Si, es que me interrumpiste. Has tenido una vida dulce y gras. Yo en cambio…..
- Usted se enamoró mal, ese es su problema; porque de mi perspectiva tiene todo para ser feliz pero..optó equivocadamente.
- Como?
- Si pues, con el amigo que tiene…
- De que amigo me hablas
- De su novio, con el que viajo
- De que hablas Josefina? Me estás tratando de maricón
- No, bueno de “gay”
- Josefina: Como me duelen tus palabras, nunca me imaginé que esa impresión yo causé en ti. Tantos años que nos conocemos y me sales con esta. Que equivocada que estás. Estas confundiendo la realidad y quién sabe que otras cosas pensarás. Mejor pareémonos, tal vez me entre aire para explicarte que me acompañó a Suiza solo a ver cosas financieras; ya tengo mis años, la vida no la tengo comprada y debía reestructurar cosas de oficina y personales.
- José Manuel: Un hombre de su edad, que no se haya casado, un departamento con la elegancia, el refinamiento y buen gusto, con que está puesto, que vive con un amigo, que solo le he conocido viejas amigas, creo que no lo ha expresado socialmente, veo su preocupación por el vestuario, pelo, incluso piel y como en nuestra sociedad es vista en forma muy negativa…..
- No sigas hablando. Que no me haya casado no significa que sea homosexual, que cuide de mi presencia tampoco, que haya nacido en un hogar donde la estética y el buen gusto reinó menos, y que haya tenido la suerte de caer parado económicamente. …
- Me puedes disculpar?
- Disculpar de que? De creer por años que soy gay?. Vamos a casa y almorcemos, esta es una conversación demasiado profunda para tenerla en este parque.
- Bueno, creo que he sentido celos?
- Celos? De quién? De que?

En la casa, se sentaron en la terraza, y José Manuel corrió su sofá para quedar frente a frente.


- Con un pisco sour podremos conversar más relajados
- Hum…..dijo Josefina pensativa y sintiendo que se había metido en camisas de once varas y sin saber como salir.
- Ni siquiera sé como llegamos a esto. Pero quiero retomarlo y que me expliques desde cuando y porque todas estas convicciones.No sé desde cuando o quizás partió cuando me dí cuenta que me había enamorado y sentí que todo el piso me temblaba. No había reciprocidad de parte suya, y los mensajes que yo percibía me confundían. El mismo echo de que viva con….no me acuerdo del nombre, con ese tal Patricio, que haya viajado con él, me hizo pensar que la última pieza del rompecabezas sola se había colocado.
- Pienso que la misma sensibilidad que tiene ante la belleza, el trabajar en una revista femenina, pero bueno, eso ya lo hablamos en el parque.
- Ay Josefina, Josefina es tanto lo que debo explicarte… y tan poco al mismo tiempo!. Pues escucha…. Hace ya tantos años y todavía lo recuerdo como hoy, nos encontrábamos en “buena suerte” de vacaciones de verano; a la playa llegaron unas jóvenes que arrendaron una cabaña para también descansar parte del verano y comenzamos una amistad. En un comienzo solo era en la playa, pero después nos veíamos en campos de vecinos, en fiestas en el pueblo, en fin…. Hasta que me di cuenta que una de ella me comenzó a gustar. Como mis padres se encontraban de viaje, y ha ellas ya se les acababa el dinero, las invité a que se quedaran en mi casa; eran tres…

- Don José Manuel, señora Josefina pueden pasar a la mesa- dijo la empleada

Ya, muchas gracias, vamos de inmediato-dijo Josefina parándose rápidamente e intentando cambiar de tema…Ya, José Manuel, ha comer nos han dicho. Creo que deberíamos poner música
- Buena idea, que prefieres?
- Hum..lo dejo a su elección.
- A ver a ver, veamos – mientras buscaba en su equipo algo que sorprendiera a Josefina.

Almorzaron y Josefina llenó cualquier espacio a fin de no retomar el tema. Cuando sentía que se abría la posibilidad de volver, de inmediato lo sacaba con una pregunta y lo llevaba a una conversación diametralmente opuesta. Don José Manuel, no insistió porque era evidente que Josefina estaba incómoda y hasta alterada.

- Podríamos ir al cine? Están dando “No es país para viejos” y ganó el Oscar – de esta forma Josefina sentía que estaría toda la tarde junto a su amado, pero sin enfrentarse a temas pendientes.
- Llama a ver si quedan entradas.
- Ok.

La tarde continuó con la ida al cine y un café a la salida de este, donde comentaron la actuación de Javier Barden y el tema central, hasta cerca de las diez de la noche en que Josefina regresó a
su casa.

Josefina tomó su cara con las dos manos y le besó en la comisura de la boca, agradeciéndole el día, y disculpándose por sus exabruptos.

Llegó a casa y Graciela ya había llegado, los roles se intercambiaron por cerca de una hora en que Josefina le contaba con lujos y detalles las conversaciones que había sostenido con José Manuel. Graciela abría los ojos y exclamaba a cada segundo “guau”.

- Mamá: estás de quince años
- Hay Graciela: lo quiero tanto
- Se te nota en la cara, tu mirada con unos ojos brillantes, se nota la ilusión que sientes y la pasión con que hablas, se te nota en la frescura de tu piel; la misma renovación que has hecho con tu ropa, con tu pelo. Hace tiempo que yo ya me había dado cuenta, te diría que incluso antes que tu, la forma en que lo mirabas, la sonrisa de oreja a oreja. Hay señora mamá, usted estaba enamorada desde ya hace bastante tiempo y yo encuentro……(que ha pesar que me ha dolido la separación con mi papá ) no puedo dejar de reconocer que la casa es un agrado, que tu estás feliz y mi papa, bueno se tendrá que armar- si ya no se ha armado-
- Estoy pisando algodones, si casi por un pelo lo besé.
- Que osada!
- Ya chiquilla de porquería no te rías de mi alegría. Bueno me voy a acostar
- Y a soñar con…..el angelito de la guarda.
- Dame un beso, que te quiero tanto

sábado, 3 de julio de 2010

XII.- LA VUELTA MUY REVUELTA.

Josefina decidió llevarse a su madre a su casa una vez que los médicos dieron su opinión, y contrató un servicio de “clínica en el hogar” que incluía desde las máquinas, catre clínico, remedios y enfermera.

La viejita no respondía al tratamiento y su pronóstico era muy malo. Joaquín y Macarena después de la oficina y Graciela de la universidad acompañaban a la abuela.

Raimundo había sacado lo peor de él, tanto así que en una de las tantas discusiones sacó en cara la alimentación al “personal”, o la no autorización por parte de su mujer para que la enfermera le hiciese masaje en las piernas mientra su suegra dormía, junto a las demás frases ya acostumbrados todos a escuchar, y que Graciela en un ataque de locura le suplicó que por favor se fuera mientras la abuela estuviera tan enferma.

- Yo ya no resisto la situación. Eres capaz de volver loco hasta a Dios, sollozando Graciela le gritó.
- Mira pendeja, estas son las cosas que tu madre te ha metido en la cabeza, por que por supuesto que aquí no hay ni un respeto; todo es para, por y con tu abuela, y estoy cansado que me pasen a llevar.

- Don Raimundo, dijo Florencia que no ve que la señora está agotada y usted dándole más problemas?
- Florencia bájame una maleta, que hoy me voy!!!
- Por favor don Raimundo, no grite que la señora se va ha poner peor.
- En el necesare colócame todos los afeites.

A los pocos minutos, Raymundo dejaba la casa con un portazo que hasta los grandes ventanales de la entrada a la casa temblaron; de inmediato un ambiente de silencio y paz inundó el hogar.

Los que dormían en ella se acostaron a descansar una vez que las vistas, junto con su hijo y su nuera tambíén se fueron.

Se volvió una cotidianeidad que en la mañana Josefina saludara a su madre, corriera a la oficina con el corazón en la mano, y volviera lo antes posible. Así siguió pasando el tiempo y su madre empeoraba....

Mientras intentaban sentar por un rato a la abuela en un sofá, escuchó a Graciela hablar con una voz conocida. No entendía bien lo que decían, pero provenía del living y una vez acomodada nuevamente la abuela en su lecho de enferma, Josefina se incorporó. No pudo controlar ni la taquicardia, ni lo sonrojada que sabía que se había puesto. José Manuel estaba ahí; y parándose con agilidad de gato abrió los tremendos brazos y la estrechó contra su pecho rodeándola completamente.

- Como estás Josefina? No puedo creer que no me hayas informado de todo lo que les estaba sucediendo. Ni una letra mujer.
- Como llegó? Como lo pasó?- le dijo Josefina en un tono tan frío que José Manuel lo percibió, pero pensó que se debía a su pena, preocupación y a su cansancio
- Sarita me informó y créeme que me vine en el primer vuelo que encontré preocupado por ustedes, pero muy molesto con ella por no su falta de criterio. Pero bueno, ya estoy aquí y eso es lo importante.
- Lo que pasa que yo le pedí que no le avisara, porque no tenía sentido echarle a perder su viaje, - le dijo con un tono irónico que hasta Graciela no entendió porque tanta pesadez gratuitamente.
- Mamá: pero sentémonos. Quieren que traiga algo? Bebida, café o pisco sour?
- No Graciela muchas gracias, he venido a ver como están y como puedo ayudar, no creo que estén de ánimo de “visitas” a pesar que yo no me siento una, pero cuéntenme como está…
- Mi mamá esta con pancreatitis, lo malo es que no dio resultado el tratamiento, que se yo si por la edad, o ella calló mucho tiempo sus molestias, la cosa es que tiene el páncreas demasiado dañado. Ha sufrido tanto la pobre, se ha venido abajo.
- Y puedo saludarla un ratito?
- Gracielita ve si puede entrar, si está despierta. Ah! Pregúntale, porque ella es tan coqueta que quizás no quiere que la vean.
- Pero como partió Josefina?
- Fue una clásica pancreatitis; mucho dolor de estómago, un poco de náuseas, en fin atroz. Yo creí que moría en el trayecto; le bajó la presión, el dolor iba en aumento, en fin
- Y tú como estás? Porque te veo más delgada y con cara de cansada.
- Bueno bien no estoy, porque estamos en la etapa que ya no tenemos nada que hacer, solo quitarle los dolores.
- La abuela está feliz que entre, pero déle unos minutos para que la acomoden don José Manuel. – Al tiempo que Graciela se sentaba en el sillón del frente y le preguntaba- Mi mamá me contó que andaba en Europa, en Madrid.
- Si, a ti te habría encantado sobre todo lo que ellos llaman la noche Madrileña; con los tablaos flamencos, tiendas, cafecito, restoranes y con la característica tan típica de los españoles de ir cambiándose de local en local y por esto vas viendo todo tipo de gente extraordinariamente animada, estudiantes turistas y toda clase de público, para llegar a lo que hoy está muy de moda la discoteca “Pachá”. Mira faltan horas y días para conocer toda la movida nocturna. De ahí partí a Paris. Que decirte; Paris es Paris. Hasta un homenaje a la mediática Lady Dy le hice; fui a comer al Ritz, y el último fin de semana, me arranqué con un amigo a Suiza. El no conocía nada, quedó muy impresionado; yo debía ver cosas personales, pero aprovechamos de ir a Montreaux, donde se estaba realizando un festival de jazz, música que mi me encanta, y luego ….
- Pasé ahora José Manuel- agregó Josefina displicentemente.

Josefina lo esperó en el living confundida por su aparición, su viaje con su “amigo”, su paso por Suiza; una sensación extraña la invadía, confundida y feliz, celosa, más segura de su amor que nunca y agradecida que hubiese llegado.

Se paró, paseó por fuera de la pieza, lo vio sentado al costado de la cama con las manos entrelazadas con las de la abuela y Graciela parada a su lado. La abuela lo miraba con placidez, y a ratos le preguntaba que como estaba.

José Manuel permaneció más del tiempo esperado. Cuando salió del dormitorio se secó las lágrimas y entro al living. Tomó los hombros de Josefina y solo la abrazó, en un profundo silencio.

- Me voy, mañana vuelvo, y créeme que estoy a tu disposición. –dándole un beso en la mejilla de despedida.
- Gracias, muchas gracias, pero hasta ahora tenemos todo lo que necesitamos.

Una vez que se fue, Graciela la increpó por lo extraña que se había comportado, pero Josefina la tranquilizó con que estaba “cansada, nerviosa, y preocupada”.

La noche fue eterna; la abuela se agravó más. Su energía, su bienestar había decaído en forma sorprendente, el cuerpo se manifestaba agotado.

Así dieron las siete de la mañana, la casa volví a su rutina, pero Josefina no quiso ir a trabajar. Se recostó en los pies de la cama de su madre y dormitó placidamente. Era extraño, pero incluso en una situación así, Josefina se sentía protegida y querida por ella y tomaba encantada el rol de hija, si tan solo el olor de esa piel le bastaba para sentirse acunada.

Cerca de las cuatro de la tarde, volvió José Manuel a visitar a la abuela; Josefina parecía de mejor humor.
- Le traigo una rosas blancas para iluminar la pieza.
- Pasó tan mala noche que no se si será capaz de recibirlo, y llevándolo hacia la pieza, se acercaron a la cama. Mamá: mira don José Manuel te trajo este ramo de maravillosas rosas blancas. Abrió los ojos y esbozando una suave sonrisa agradeció más con la mirada que con la palabra.
- Señora Josefina- interrumpió Florencia – el doctor la llama por teléfono.

Cuando volvió a la pieza, los encontró igual al día anterior; con las manos entrelazadas conversándole. Josefina no quiso cortar ese mágico momento y siguió camino a la cocina a hablar con Florencia de cualquier estupidez que se le viniera a la mente en ese momento.

Después de un rato largo, decidió entrar.

José Manuel se paró y la instó a salir de la pieza, ya en el living le dijo que le sugería llamar al doctor, que encontraba que empeoraba minuto a minuto, “el dolor es insoportable, fíjate que ya parece un embarazo su estómago”.
- Hablé recién con él y me dio autorización para suminístrale mayor cantidad de demerol, y subir la cantidad de oxígeno
- Tiene la boca seca.
- Hasta ayer me aceptaba helado de piña. Hoy solo le hemos mojado los labios con gasas con agua.
- No sería bueno llamar a los niños?
- Eso pensaba hacer, de hecho ahora voy a llamar a Joaquín.

No fue necesario llamarle, justo tocaba el timbre y aparecía con Macarena. Le explicaron del gran bajón de la abuela, miró con sus enormes ojos y entró a la pieza, mientra Macarena trataba de ubicar a Graciela por el celular.

Se encontraron casi todos -menos Graciela- en la pieza, vigilando como la muerte acechaba; la conciencia empezaba a disminuir, pero abría los ojos cuando Joaquín le hablaba. Sus manos estaban más frías y su respiración se hacía más irregular.

Al fin apareció Graciela.

Todos alrededor de la cama; Josefina al lado de la cabecera, Graciela y Joaquín le tenían las manos tomadas, Macarena al lado de Joaquín y a los pies, Florencia, don José Manuel y la enfermera, que controlaba y monitoreaba desde la presión hasta la saturación.

Ya la noche caía, y continuó una respiración ruidosamente ronca. Josefina recordó que alguna vez escuchó que eso no era un buen anuncio: “estertores de la muerte”. El silencio a ratos se hacía un infierno. Los cariños a sus manos no pararon y Josefina comenzó a acariciar su cabellera mientras hablaba casi como en soliloquio.

- Mamá: he sido tan feliz contigo, ándate tranquila, no tenemos nada pendiente. Nosotros vamos ha estar bien.

Los ronquidos se hicieron cada vez más fuertes, y sus manos cada vez más azulosas y frías.

- Mamá te quiero tanto, !! -mientras los nietos sollozaban en silencio y se llevaban las manos de la abuela a sus caras.

Poco después los músculos de la cara se contrajeron, parecía como si el pecho explotase a causa de un infarto, fue un momento de convulsiones, de incertidumbre, respiraba y dejaba de hacerlo, hasta que el monitor del corazón, presión y oxígeno dieron su fatal confirmación. La abuela, la madre, la mujer había fallecido.

Florencia, Maca y Graciela salieron a llorar desgarradoramente, tanto que José Manuel las siguió con sollozos parecidos.

Joaquín tomó el mando y llamó al doctor para informarle lo ocurrido y solicitarle el certificado de defunción y así poder hacer los trámites del funeral del su abuela.

Josefina y la enfermera cerraron el proceso de la vida, sacándole la sonda nasogástrica, y las conexiones a las máquinas.

Macarena fue con Graciela a la casa de la abuela a buscarle el traje verde esmeralda que tanto le encantaba “y me asienta mucho este color” como decía cuando lo compró.

sábado, 26 de junio de 2010

XI.- MODERNISMO CIBERNÉTICO Y EL DESASTRE.

Dos días después, de vuelta de la hora de  almuerzo, aparecía en el Messenger “José M. puede que esté desconectado”.

- Hay no!!!!!!! dijo en voz alta Josefina
- Que pasó le preguntó Mario
- No nada, solo que se metió un amigo en Messenger y yo no estaba
- Un amigo con ventaja

Josefina simuló no escucharle. Había abierto el mail y había uno de José Manuel:

“Mi querida Josefina:
Como no te encontré en Messenger para que chateáramos un rato, es que te cuento un poco del viaje.
Se me hizo muy corto, ya que lo dormí todo. Me pareció que Santiago y Madrid están más cerca que Santiago y Buena Suerte. Esto a consecuencia del trasnoche.

El tiempo bastante bueno con algo de frío, pero muy agradable para caminar, cosa que me encantaría hacerla contigo.

Bueno como estaba programado, asistí al Congreso sobre “gestión”; bastante interesante, se tocaron temas como las innovaciones como una fórmula de elevar la competitividad con recursos intangibles, en una gestión integral a fin de fomentar la calidad de las revistas”. Se formaron mesas de trabajo, y como buenos españoles con bastante vino y comida excelente.

Como era de suponer cuando me aburrí, me fui a visitar la exposición de pintura “lagrimas de Eros”; la verdad no entendí mucho, pero mezcla el erotismo con la belleza, la tentación y la trasgresión. No espero que lo entiendas, ya que te reitero que yo allí, parado frente a las pinturas, poco capté, pero te ayuda a abrir la mente; también asistí un día que estaba más caluroso a la feria del libro que se lleva a cabo en el Parque del Retiro, lugar del palacio de recreo de los reyes antiguamente, con unos jardines Josefina, estanques, lagos, canales que son una maravilla. Hay un lugar muy bello dentro de este, que es la vía de las estatuas, dedicadas en su mayoría a los monarcas. Ayer en la tarde, fuimos con unas señoras de argentina a El Paseo del Prado. Siempre me impresiona; en pocas cuadras ves toda la arquitectura, escultura, pintura (Graciela gozaría).

Al final terminaron en el Cortefiel que se encontraba en liquidación, y yo…como un santo hombre esperando. Que difíciles son las mujeres!.

Quisiera seguir escribiéndote, pero me vienen a buscar.

Besos de quién solo piensa en ti,
José Manuel"

Terminar de leer el mail y dar un suspiro fue todo junto. La leyó varias veces, pero algunas frases como “mi querida Josefina” o “me encantaría hacerlo contigo” o “besos de quién solo piensa en ti”, la mantuvieron todo el resto de la tarde desconcentrada. Solo tenía cabeza para recordar “besos de quién solo piensa en ti”.

                                             ***
Mientras Josefina llevaba a Graciela al dentista, su madre la llamó para contarle que hacia dos días que tenía un dolor de estómago insoportable.
- Tomate un agüita
- He tomado varias y se me está haciendo imposible soportarlo
- Termino con Graciela que voy al dentista y nos vamos a tu casa
- Si, no te preocupes, puedo esperar
- Acuéstate, es lo mejor
- Si no me he levantado en dos días
- Mamá y como no me avisaste, dijo Josefina
- Pensé que se me pasaría pronto, o algo que comí me cayó mal.

Cuando llegaron, la abuela se encontraba desfigurada de dolor. Graciela creyó prudente llamar al doctor, pero Josefina pensó que podía ser hasta un infarto.
- Mamá, tal como estás nos vamos a la clínica
- Hay Josefina no soy capaz de levantarme
- Pero entonces llamaré a una ambulancia y nos vamos a la clínica.
- Si, yo creo que es mejor
- Graciela, por favor llama a la coronaria y avisa que vengan de inmediato.

Se recordó lo que un tiempo atrás había escrito, no era posible que se demoraran tanto.

- Josefina, diles que no vengan con bocina, todo el mundo se va ha enterar- dijo la abuela.
- Mamá, que te importa
- Por favor- suplicó con voz quejumbrosa-  Graciela llama nuevamente y diles que vengan sin bocina.

Cerca de quince minutos después, tocaban el timbre y tres personas entraban mientras el chofer esperaba en la ambulancia.

Los parámetros estaban muy alterados; presión arterial ocho con cuatro, sudorosa, estómago duro y el dolor de uno a diez….nueve. Se determinó llevarla a la clínica con un calmante intravenoso que le colocaron.

Una vez en urgencia, Josefina llamó a su hijo y a Raimundo para avisarles. La espera se hizo larga y después de múltiples exámenes le informaron, que la enfermedad era pancreatitis.

De inmediato la ingresaron a la unidad de tratamientos intensivos; con ayuno absoluto y conectado a toda clase de mangueras y máquinas para monitorearla.

Lo único que pidió fue que buscaran a su cura “guía espiritual” para confesarse. Estaba conciente que era una enfermedad extremadamente grave. No fue posible que viniese por múltiples compromisos, por lo que Graciela le solicitó el favor a uno de la capilla cercana a la clínica. Apareció de noche. Raimundo, Josefina, Joaquín, Macarena y Graciela se acercaron alrededor de la cama, mientras el sacerdote rezaba un padre nuestro y pedía consuelo y paz para vencer las dificultades propias de la enfermedad, y el perdón de todos sus pecados. Continuaron con tres aves marías mientras la untaba con aceite de oliva bendito por el obispo. La abuela se quedó más tranquila. Había cumplido con el quinto sacramento que la iglesia. Estaba muy adolorida y su cara lo reflejaba. Salieron de la habitación y se encontraron con compañeros de oficina de Josefina, y de colegio de Graciela.

Esperaron hasta que cerca de la media noche los niños y se fueron a sus respectivos hogares. Raimundo la acompañó un rato más, casi como una obligación. Se paseo una y otra vez buscando a alguien, se adentró en todas las puertas que encontró abiertas, comió en la cafetería, hasta que aburrido se fue a ver a casa a Graciela.

Josefina no pegó una pestañada en toda la noche; pidió una frazada para taparse y se recostó sobre los sillones de la sala de espera. Apenas vio que aclaraba entró a ver a su madre, figuraba desgarrada de dolor y con analgésicos cada vez más potentes. El médico pasaría cerca del medio día; hasta esa hora nada se podía hacer, solo mojarle con un algodón los resecados labios. Si hasta para darla vuelta había que llamar a un enfermero, ella sola no podía, ni siquiera con la ayuda de Josefina.

El estómago cada vez más hinchado, a través de la colcha se podía apreciar el abultamiento como si fuera un embarazo. Josefina pensó e imaginó a su madre en esa condición, pero no se atrevió a decírselo. No era positivo como comentario si hasta el humor había perdido. Los antibióticos no hacía aún efectos y la fiebre tampoco cedía.

Josefina pensó en cuanto le hacía falta José Manuel y cuanto lo extrañaba.

Josefina le pidió a Raimundo que le trajera su computador para trabajar un poco desde la clínica; la verdad era otra. Deseaba ver si había recibido algún otro mail desde Francia, ver si tenía un poco de ironía, concentración e imaginación para escribir un nuevo artículo.

En la tarde apareció Florencia con Graciela; ambas entraron en la habitación de la abuela. Florencia salio con cara de circunspecta y lloriqueando.

- Señora Josefina, de esta no va ha salir. Está con mucho dolor y su cara es muy malita.
- Florencia no digas eso; mi mamá tiene que pasar por todo este proceso, el doctor me lo dijo; mañana le harán una nueva tomografía para ver si hay necrosis en el páncreas y en ese caso se debería operar. Es primera vez que está enferma y es fuerte.
- Pero yo la veo tan mal
- Obvio como no la vas a ver mal si nunca ha estado enferma.
- Y como se agarro esto señora?
- No hay una causa, ya que no se le han encontrado cálculos biliares, que podría haber sido una razón.
- Yo me salí porque dice que está con nauseas y llamó a la enfermera. Gracielita se quedó con ella.
- Anda si quieres a la cafetería y voy a ver como está.
- No la espero aquí no más.

Cuando entró a la pieza, Graciela se encontraba de la mano de su abuela y con la otra le sobaba el estómago.

- Josefina no puedo más de dolor, y unas nauseas espantosas, Si hasta me cuesta respirar, ojala me den morfina.
- Cuando pase el doctor a la noche voy a preguntarle.
- Tienes cara de cansada, hoy ándate a la casa y regresas mañana.
- Ahí voy a ver.
- Pero tienes que cuidarte, si caemos las dos enfermas todo se complica.
- No si no voy a enfermar. Fíjate que llegó el otro día un mail don José Manuel, estaba en España y lo ha pasado muy bien. Te mandó saludos
- Ni le cuentes de esto
- No, de lejos las cosas siempre son más negras.
- A ti como te fue en la universidad? le preguntó a Graciela
- Bien, nada nuevo

Josefina aprovecho de darle instrucciones a su hija como:




- Por favor cuando llegues llama a Sarita y dile que por mail le mando el artículo, aprovecha de avisar en la oficina que me voy a conseguir una licencia, ya que faltaré hasta que la abuela se mejore.



- Hay hijita, no te vayan a echar.

- No mamá, no te preocupes.



Cerca de las nueve Florencia y Graciela se fueron; apareció Raimundo con Joaquín y Macarena. Habían llegado varias personas de la oficina junto a Sarita. Bajaron a la cafetería a que Josefina comiera algo. Raimundo se dedicó a contar chistes y entretener a casi todos los del lugar, hasta que desapareció por un largo rato. Josefina estaba tan histérica con lo que estaba viviendo que agradeció su ausencia; de hecho estuvo a punto de pedirle que se callara minutos antes. No era el momento y el lugar apropiado para tanta diversión.

Cuando apareció, lo traía una enfermera en una silla de rueda y el pie con una bota de un material tipo yeso.



- Que le pasó Raimundo preguntó Sarita preocupada.

- Iba a ver a mi suegra y me torcí el pie y me caí. Las enfermeras que ayudaron a pararme me llevaron a urgencia, y ahí me dicen que me hice un esguince muy grande.



Josefina sintió que no podía competir de manera más ridícula con su madre. Raimundo cada vez que sentía que alguien pasaba a ser más importante que él, acudía a ese manipuleo, que solo es visto por la pareja



- Lo último que me faltaba, escapó de su boca en forma inconciente su esposa.
- Claro Josefina, los demás pueden estar enfermos, tu creerles y cuidarlos, pero yo claro…

- Raimundo por favor este no es un lugar para discusiones, por favor ándate a la casa.

- Se me olvidaba que da lo mismo lo que me pase- respondía agriamente Raimundo

- Hay no es que me de lo mismo, pero basta, ya no puedo más contigo, con mi mamá, con la oficina, con... la vida,..exclamó Josefina dándose cuenta que públicamente estaba demostrando sus problemas matrimoniales que tanto había callado



- Mamá: interrumpió Joaquín.

- Tienes razón disculpa, es que estoy muy nerviosa

- Raimundo, yo te llevo a la casa y deja el auto aquí- le propuso Joaquín.

- No Joaquín, no te preocupes, si yo puedo manejar.

Y parándose todos, se despidieron hasta el otro día, con la abrupta discusión, deseándole a la madre una pronta recuperación.
Josefina acompañó a su madre en la habitación hasta que quedó dormida.



Salió a la sala de espera, abrió su computador, y se conectó directamente con su email.

Habían veintiséis, solo buscó el de José Manuel que había llegado un par de días atrás.



“Huy Josefina:

Pensé que al abrir esta máquina, al menos un mail tuyo encontraría;

Ha pasado tiempo y nada se de ti.

Extraño todo, hasta el café.

Ayer participé de una conferencia (por casualidad) sobre si la prensa escrita no se convertirá a corto plazo en un ícono de la era industrial, pronto a desaparecer, todo esto en relación a la reducción de ejemplares que hoy sacan los diarios. Algunas hipótesis eran frente a la gratuidad de estos y entonces como una manera de enganchar a los lectores, por poco dinero incluir CD, o libros etc. Y a pesar de no estar dirigido al campo de nosotros me pareció válido y como para pensarlo.

Llegué tarde a otro que había empezado sobre “Ética periodística”.

Bueno no te lateo con esto, solo me he acordado de ti en la ciudad de Aznavour, donde en cada esquina, cada plaza y cada café hacen de Paris un lugar maravilloso. Por supuesto que fui al Louvre; siempre falta tiempo para recorrerlo. No pude dejar de visitar la exposición Babylone; muestra que abarca desde el dos mil hasta el año setenta y cinco antes de Cristo.

Me invitaron (Raúl, el amigo del cual te hable) a Pigalle comimos en un boliche y en la noche nos fuimos al Moulin Rouge (hace bien a la vista)ja, ja, ja.

La vista desde mi pieza es soberbia; frente al Arco de Triunfo y los Campos de Eliseo. No puedes morirte, sin caminarlo antes.

Aparte de cumplir las metas propuestas antes de partir, el ocio, y el turista que hay dentro de mí han aflorado con comodidad. Ni siquiera me he conectado con Sarita y sus secuaces.

Bueno Josefina, me habría encantado encontrar un par de letras tuyas, pero tendrás tus razones….

Un fuerte abrazo, de quién mucho te quiere,
José Manuel”.

Alcanzó a terminar de leer, y como sobre nubes volvió donde su madre, dispuesta a contarle su secreto, pero la encontró dormitando. Había tenido una crisis de taquicardia, que según el médico de turno era “esperable”. Su decisión de dormir en su cama quedó truncada, ella sabía que su madre le tenía terror y horror que la muerte la pillara sola, sin estar tomada de su mano, si más que mal, a pesar de respetar sus independencias, jamás habían estado separadas; aún más, había un pacto desde que Josefina era pequeña, que frente al dolor de una, al estar de la mano traspasaba el dolor a la otra y se hacía más llevadero. Ahí en ese momento se preguntaba Josefina si realmente su mamá creía en esto? Es verdad entonces que dos manos unidas hacían cable a tierra y el dolor disminuía? Como ayudarla efectivamente a traspasar un poco de su dolor, a su cuerpo? Estas y otras cosas más le había metido en la cabeza en su niñez, y ella a su vez se las había transmitido a sus hijos. No existían entonces los caballos colorines? Era mentira sacudir los dedos para sacarse las penas o el dolor? No era necesario entonces no sobarse el codo cuando se pegaba, pues si lo hacía no recibiría un regalo? Y si se quemaba un dedo pasarlo sobre el pelo no sacaba ampolla?.

Recordó la magia que le rodeó la infancia, aquella que le inventó generalmente frente a adversidades y una lágrima rodó por su mejilla.

Se refugió en su niñez, y se recostó al costado de su madre para sentirse segura del presagio que presentía.

Cuando se dio cuenta de lo tarde que era, se fue nuevamente a la sala de espera a enviar un mail con urgencia

" Sarita, perdona la hora, pero hoy recibí un mail de don José Manuel, te pido que no le vayas a comunicar nada acerca de mi mamá."

Sorprendida recibió respuesta inmediata

- Oye Josefina, no me pongas en problemas, si se entera que yo sabía es capaz de despedirme
- Yo me encargaré que eso no ocurra, con voz firme respondió Josefina
- Y desde cuando que tanto poder tienes?
- No, es una forma de decirlo. Que poder podría tener yo?- a pesar que para su adentro sabía que su palabra era importante

Los exámenes no han salido bien; hay liberación de enzimas pancreáticas y casi con seguridad una necrosis del órgano. Josefina queda inmóvil, no se encuentra preparada para esta evolución. Guarda silencio y escucha. Solamente habla del dolor el médico, de como asistirla, de como quitárselo.

- Está con tratamiento, indiqué demerol y evaluaremos más adelante un drenaje quirúrgico.

A la hora de almuerzo Raimundo pasó rápido a la clínica ya que a la noche tenia el cumpleaños de Arturo, un amigo que a Josefina le parecía una mala influencia, por ser separados tres veces y andar con muchas mujeres. Josefina lo escuchó, ni se inmutó.

- Deberías ir a la casa a descansar, le dijo Raimundo en tono compasivo



Josefina no reaccionó.



- Bueno, si no vas ha contestar, mejor me voy, le dijo Raimundo levantando la voz, y haciendo que no reaccionara ni por vergüenza a la gente que la rodeaba



Josefina no le respondió, ni se despidió.



Macarena la acompañó toda la tarde; entraban alternadamente a acompañar a la madre, entraban juntas, salían y guardaban silencio. Cuando Graciella llegó se unió al grupo, que continuó con el constante ir y venir en el más absoluto silencio. Las horas pasaban lento, y solo la apertura pausada y mínima de los ojos de la abuela, les indicaban de su estado de vigilia. Esto se rompía con la entrada de alguna enfermera para administrar calmantes, tomar control de temperatura, presión, revisar la sonda nasogástrica, y cambiarla de posición.

La visita del kinesiólogo solo agrandaba los dolores, pero había que evitar una trombosis. Cada día aparecían más términos médicos, cada día se debilitaba más el organismo.



- Mamá, voy a dejar a las niñitas hasta la entrada y fumarme un cigarro. - Le dijo Josefina acercándose al oído

- José Manuel no te ha escrito? Le preguntó su madre y sorprendida ante semejante pregunta y lucidez, rápidamente le respondió



- Si está en Paris, dice que no podemos morirnos sin caminar por los campos de Eliseo

- Lo tendrás que hacer tú sola

- Hay abuela, estás en las mejores manos y pesimista. La desconozco, replicó Graciela con lágrimas en los ojos

- Si tu te sintieras como me siento yo, preferirías moriste.

- Mamá: Voy a dejarlas y de ahí te cuento, le dijo Josefina para mantenerla expectante.

- Macarena, muchas gracias dale un beso a Joaquín. Gracielita....mi pequeña....



Cuando caminaban al estacionamiento, Graciela le confesó que andaba con los cuadernos de hojas amarillas



- Te lo dejo para que te entretengas, le dijo

- No creo que los leas Graciela, pero bueno ..... la noche es larga y quizás pueda rescatar algo para la revista.



Y con un beso en la mejilla a cada una despidió.



Mientras caminaba por los pasillos de vuelta a la UCI, no dejaba de pensar en que su madre ya sospechaba que se había enamorado de José Manuel. La vieja era mucho más astuta de lo que parecía, a tal punto que Josefina había descubierto en esos días, que apenas llegaba Raimundo cerraba los ojos a fin que la creyera durmiendo y no tener que hablarle. Cosa igual pasaba cuando entraban las enfermeras tratándola de “mi reina”, mi princesa” o “mi preciosa”.

Volvió donde su madre que dormitaba, y evocando su pasado, cogió el cuaderno y se puso a leer los recuerdos de Joaquín y de ella ante la partida prematura del esposo y padre. Más que mal estaba viviendo casi la misma historia.



“HABLANDO DE SONREIR, O MEJOR DE REIR....



Sonreír relaja, irradia felicidad y paz interna. Tiene un valor terapéutico. He tratado a diario que tú la practiques con todas las oportunidades de reír y sonreír que estén a mi alcance. La plaza, es una de ellas, juegas, cantas, saltas, corres, gritas, te RIES Y SONRIES. Acostarte en la alfombra del living, corriendo todos los muebles y yo hacerle morisquetas es otra. Una que te encanta es hacer casas debajo de la mesa del comedor. En todos estos momentos se siente la casa llena de ALEGRIA, y Dios junto al papá, desde el cielo se deben alegrar de ver y sentir que mi pollito está un poquito mejor.

La entrada al colegio, el enfrentar un edificio enorme, profesores, amigos y explicar, lo que a los siete años es inexplicable. MI PAPA SE MURIÓ.

La pena no se acomoda, las distancias entre unos y otros hacen sentir más la ausencia, porque el miedo te invade. La angustia por mi cesantía me empieza ha ahogar. Me han ofrecido "vender tumbas del parque del recuerdo" soy supercreible y además puedo demostrar lo difícil que fue desembolsar en forma "abrupta" las ciento y tantas uefes que costó. Cuando me lo ofrecieron me pasaron dos cosas por la cabeza; por la mía que agrado; voy a verlo todos los días. Desde afuera me pregunté ¿estos es una broma? ¿Podré algún día superar un poquito si lo que vendo es mi dolor? ¿Es necesario maneosarlo tanto a cambio de unos pesos para colegio, luz, agua, etc.? ¡Claro, quién mejor que yo puede dar un testimonio de cuando una familia queda a la deriva! ¡Que TERRIBLE todo lo que me está ocurriendo! ¡Qué pavor!!!

Abril, en los colegios los niños juegan al trompo o a las bolitas. Yo diría que desde que tengo uso de razón. Ambos juegos los tenemos.. Hoy Joaquín desesperado me "puteaba" porque no podía hace gira, y menos bailar el trompo. Los gritos más suaves eran:



- ¿Porque no te moriste tú si no sabes hacer bailar el trompo?

- Hay ,hay, hay...es todo lo que te he podido contestar, ni siquiera para retarte por tu falta de respeto (que cagada) pienso, como se vendrá el futuro si recién estamos comenzando



Aún no cumplo bien mi rol de mamá, y siento que tengo para rato, si tengo para un buen rato.... No juego contigo como antes, estoy conciente, pero no puedo, ME CUESTA TANTO. Antes....me sentía una súper mamás, feliz con un niño maravilloso y un marido que adoraba; hoy.....la súper mamá es UNA LATA!!! ya no juega naipes, ni arma rompecabezas, ni hace carreras de autos, y rara vez cuento cuentos en las noches.

Estoy en un estado de sopor, casi vegetando, ya no tengo la energía para hacer funcionar ese motor de AMOR, que transmite paz y felicidad.

Cada día más desconfiada de la gente, cada día más ensimismada, cada día me haces más falta para quererte, solo quererte......y de pasadita conversar, compartir y sobretodo aprender junto a ti. ¿Porqué mi rey partiste tan temprano?, ¿Qué hay detrás de todo esto?, ¿Esto es lo que Dios quiere para mi?, ¿Tan fuerte me cree? Te extraño tanto mi amor, me desespero, no se como llenar tu espacio, ya no puedo disfrazarlo más. ¿Que más me espera?, ¿Que será de nuestro hijo?

Estoy tan tonta, todo me hiere, todo me duele, tan sensible me encuentro y tan fuerte, serena y entera DEBO APARENTAR, tantas cosas pequeñas y otras tan grandes de solucionar.

A Dios gracias - porque ya le he tomado un poco de miedo a la vida- Joaquín se ha adaptado bien en el colegio, a pesar que está muy rebelde conmigo pero ha logrado avances importantes en su aprendizaje y adaptación, responsable, sin tener que presionarlo, en su primer año básico hace sus tareas. Madura cada noche como si la envolviera en papel de diario, pero han aparecido algunos problemas; se está haciendo pipí en el colegio, entonces se agarra de la Miss y con el delantal de ella se tapa hasta ir al baño ha cambiarse. Hasta ahora lo hemos manejado bien. Le tengo dos mudas más en el colegio y listo. El toma litros de agua para el asma, lo cual me dificulta en distinguir si es por exceso de esta o penitas, en todo caso, lo que a mi me importa es, que no vaya a tener vergüenza, y entre la Miss y yo lo tenemos manejado.

Tantos secretos de familia que tenemos y que de afuera nadie los ve; el niños sano, Josefina regio, problemas de platas pondrían ser peores. Y (Sobre todo mi mamá: cuando le preguntan como estoy? ella responde SUPER BIEN y yo ...que estoy llorando internamente... la ... quiero....MATARRRR.

He comulgado sin confesarme, pensando y sintiendo que ya con lo que he sufrido estoy perdonada....QUE CATOLICA APOSTOLICA ROMANA , solo dolor.......... “



De todo lo leído no rescata nada para enviárselo a Sarita, era lo vivido con su pequeño hijo, y no iba a desnudar su alma públicamente. No sería una columna esperada. A quién le interesa el dolor ajeno? Pero ya el tono de cronista había comenzado a cambiar, de la ironía a la profundidad o al menos a la empatía, y probablemente comenzaría un giro también que se vería reflejado en la revista, no sería una burda imitación de la Isabel Allende y sus crónicas humorísticas. Josefina sorprendería.....