domingo, 20 de junio de 2010

VII.- EL PASEO

Josefina y don José Manuel se juntaron como cada viernes en el café literario. Un lugar algo bohemio con estanterías al público, donde leer, conversar u observar la fuente de aguas danzantes de la plaza que forma un espectáculo precioso. Pero esta vez no hablaron de la revista, ni de la administración de los departamentos. José Manuel fue al grano y directamente le preguntó a Josefina si era feliz.

- Bueno la felicidad como tal, no! quien la tiene?, pero tengo mis momentos felices. Y usted?
- Hoy Josefina el que hace las preguntas soy yo
- Pero esto se va ha transformar en un soliloquio y mi vida no es tan interesante como para un monólogo.
- Pero cuando eres feliz?
- Ya le dije, tengo mis momentos. A ver… déjeme pensar. Soy feliz cuando mis hijos están contentos y los  veo volar en sus propios proyectos.
- Entonces eres feliz por los otros y no por ti.
- Es que la felicidad es un concepto tan abstracto. Hay lugares que me hacen sentir feliz, como el campo, la playa, pareciera ser que estoy en plena conciencia de la cercanía con el creador, de todo lo que me rodea y me parece sublime.
- Entonces eres feliz en y con la naturaleza. En parte, otras veces soy feliz comiendo un chocolate en que mis endorfinas me sonríen y antiguamente haciendo el amor. - Bueno como ve es complejo; son momentos, son instantes, tengo áreas de mi vida que me producen más felicidad que otras….
- Pero no has mencionado a tu marido en ningún momento.
- Pareciera ser que no me provoca felicidad, es más, el último tiempo he sentido cuando voy llegando a casa, un pensamiento veloz que se cruza por mi cabeza. Casi me es imperceptible y a veces no lo puedo retener.
- Cual?
- Hay que lata!
- Y nuevamente te pregunto. Que esperas para separarte? Llegar a vieja, amargada, y transmitirles a tus hijos una idea equivocada de lo que es un matrimonio. Eso como ejemplo y modelo a seguir? O prefieres mostrar una larga agonía, en que al final de los días probablemente igual te separes, y todos hayan perdido un tiempo precioso?
- No es tan fácil, hace años que yo lo metí a mi casa, involucré a un hijo que  lo quiere y probablemnete lo odia y ahora se lo quito. Nuevamente pierden a un padre? y por otro lado Graciela....
- Y quién te dijo que era un padre. Se los has preguntado? Que es ser un padre.
- Bueno, usted tiene experiencia de padres, por lo tanto no me haga explicárselo, porque yo no la tengo.
- Y si no la tienes, entonces como por defecto no ves el error que estas cometiendo? Tantas carencias tienes que prefieres casi “inmolarte” por lo que tú no tuviste, pero que igual te desarrollaste sana, bien, y sin él?
- No tengo energía ahora. Quizás más adelante
- Pero que tiene que pasar para que atines?
- Ay don José Manuel no me presione.
- Bueno cambiemos de tema. Mañana me voy  al campo por el fin de semana. Ayer me llamó el capataz y me dice que voy a gozar si voy ya que hay animales que van a parir, y  además otras cosas que ver. No te gustaría acompañarme?
- Podría perfectamente. Raimundo anda fuera,llega el domingo en la tarde pero….
- Lleva a tus hijos.
- Uno ya no cuenta con ellos, porque cada uno hace su vida.
- Pero llama y pregúntales. Partimos temprano, yo aviso que nos esperen con la casa abierta. Josefina: yo sería tan feliz!!!

Esa noche Josefina les planteó a sus hijos la invitación al campo. Ninguno se resistió. Solo el hecho de ver parir animales los convenció, solo les preocupó que diría Raimundo, pero Josefina le bajo el perfil y los convenció que nada malo había en ello.  Cerca de las once de la noche, sonó el teléfono. Josefina no lo contestó, A esa hora generalmente era para Joaquín o Graciela. Pero era don José Manuel para decirle que fueran con novios si querían. Su voz sonaba alborotada, casi juvenil. Habló en un comienzo con Graciela, a quien no veía hacia un par de años. Se pusieron de acuerdo para el viaje y les recordó que llevaran traje baño. No solo había piscina sino también un estero.

Quedaron de juntarse a las diez a la entrada de Curico. De ahí viajarían en caravana hasta “Buena Suerte”.

La entrada a “Buena Suerte” estaba a unos treinta minutos del centro del pueblo. Un camino de tierra hacía el mar, hasta encontrarse con un viejo muro de adobe que circundaba casi toda el área, y al final un tremendo portón colonial de fierro forjado muy decorado, en que sobre dos de sus hojas se podía leer “Buena Suerte” y bajo este, en el mismo hierro una herradura que simbolizaba el nombre.

Don José Manuel se bajó de su vehículo, abrió el picaporte y entraron por una alameda amarilla para encontrarse con la casa patronal con largos corredores cubiertos de alero, de solo un piso, techo de tejas hechas a mano, grandes vigas de maderas nobles,  y construida en adobe -lo que garantizaba guardar calor en invierno y frescura en verano-, de color rojizo y un parque con acacias y robles que contrastaban con los álamos, boldos, quillayes, lingues, encinas, espinos y nogales por un lado y rosales por el otro. Frente a la enorme casa palmeras daban la bienvenida. Y a la entrada las infaltables tinajas con cardenales rojos, y macizos de hortencias. No alcanzaron a bajarse cuando apareció un séquito de gente a ayudar y recibir a don José Manuel y sus invitados. Margarita y Paulina los llevaron a sus habitaciones con risas y jolgorio. Don José Manuel por mientras se informaba de las últimas novedades. Dejaron sus cosa y volvieron al gran hall donde figuraban aún conversando "el patrón", como lo llamaban y su capataz.

- Les mostraré la casa y después les tengo muchos panoramas. Ah! Pero no les he dado la bienvenida, quiero decirles que es un privilegio y un honor para mi tenerlos, y demás está decirles que están en su casa.
- Nosotros somos los que debemos sentirnos privilegiados y darles las gracias- afirmó Graciela que no podía contener la emoción.
- Pasemos al corredor y observen las tejas. Mi padre me contó que fueron construida por mujeres y que ocupaban sus muslos como molde. Más a lo lejos pueden observar bodegas, galpones, casas de inquilinos, iglesia y una escuela que desgraciadamente hoy no funciona, porque los hijos de los inquilinos han emigrado a la ciudad. Pero bueno. Vamos mejor a dar una vuelta por ahí. Quien es capaz de ir a caballo?
- Todos -dijo Joaquín.
- No es obligación, el que quiera puede hacer lo que le plazca,- Aurelio le dijo al capataz. No hay caballos acaso?
- Si patrón terminan de ensillarlos y los traemos.
- Les parece ir a la lechería?

Josefina no creía lo que vivía. Y casi como una muchacha le contestó
- Yo estoy inscrita en todos sus paseos.

No hubo nadie que no quisiera conocer la lechería. En su visita contó el tipo de animal que tenían para lograr un mejor rendimiento, el tipo de forraje para reducir el complemento proteico y también del problema de los residuos orgánicos –purines- que reconoció no utilizar en forma adecuada.

Graciela se alejó hacía el corral de vacas en ordeña en las afuera de la lechería y quesería y quiso revisar el proceso, como si fuera una vaquilla más. Continuó al patio de espera, la sala de ordeña donde encontró animales conectados a las mangas. Joaquín se quedó boquiabierto. Bajó a la fosa de la sala de ordeña y ayudo, entre asqueado e interesado al dipping de la post-ordeña.

- Muy bien Joaquín- gritaba Macarena aplaudiendo a su novio..
- Con eso evitas infecciones y la vaca permanece sana- agregaba José Manuel.

Les interesaba ver todas las etapas de la elaboración de queso, pero cuando entró aún no había trabajadores, por lo que su instrucción quedó a la espera de lo que don José Manuel o el capataz, le proporcionara. - Aquí la mayoría son mujeres las que trabajan, acá el queso fresco se moldea, eso dura como ocho horas, en este sector esta el lugar de maduración del queso chanco, bueno y aquí nuevamente salimos a los corrales donde las vacas son alimentadas.

Así pasaron la mañana hasta que don José Manuel preguntó: Quien tiene hambre ya?
- Yo me tomaría un pisco sour- dijo Josefina
- Bueno entonces una carrera hasta la casa propuso Joaquín
- No, agregó Macarena, me puedo caer, no soy una buena amazona.
- Deja que corran tus cuñados, nosotros vamos paseando, le respondio Macarena y observamos esta maravilla.

En el living los esperaba Margarita con un aperitivo a la “chilena”. Las murallas vestían una colección de cuadros. Desde croquis de Picasso, hasta cuadros de Valenzuela Puelma. Una mesa de mármol de la época de la colonia y una gran lámpara de cristal de bacará. En otro rincón una colección de mates de platas, y un piano de cola marca steinway que volvía la imaginación cien años atrás en tertulias y otras cosas.

El aperitivo fue a la Chilena con  empanadas de horno de barro 

El comedor era una sala muy espaciosa y de techos altos, compuesta por una mesa rectangular para doce personas con sillas reina Ana más un aparador. La iluminación una enorme lámpara colonial fabricada especialmente para el lugar. Una vez que lo comensales terminaron de observar esta maravillosa antigüedad en perfecto estado de conservación, se percataron que la entrada estaba servida, comentaron de los vinos y sus cepas hasta don José Manuel preguntar si estaban aburridos.
 No don José Manuel – dijo Graciela, este ha sido un curso rápido de enología y a parte muy entretenido.

Mienstras carraspeaba, y en un tono más formal don José Manuel se interesó en saber en que estaban estos jóvenes.

- Bueno pero cuénteme ustedes de sus proyectos. Por ejemplo Macarena tú en que estás.
- Yo terminé medicina y estoy haciendo la especialidad en el hospital San Juan
- Especialidad en que?
- Cirugía reconstructiva
- No terminarás como la mayoría en cirugía plástica, colocando botox, acido hiarulónico, y trabajando en la televisión en programas faranduleros?
- No, esa no es la idea, por eso mencioné reconstructiva.
- Y ustedes son los que se casan.
- Si, en tres meses más
- Y tu Graciela, como funciona el estudio?. Bien. Estoy en primero de arquitectura. Súper difícil la carrera, el ramo de taller corta a todos, y además es tan subjetiva; yo le he preguntado a profesores del paralelo que le parece un trabajo determinado, y me responde “muy bueno, te podría un cinco” y mi profe me pone un tres coma ocho. Por otro lado hay una sobrepoblación de arquitectos por lo que hay que sacarse la mugre para mañana destacar o al menos lograr trabajar en lo que a uno le gusta, sin transformarse en un “lleva papeles” entre el estudio de arquitectura y las municipalidades u organismos estatales. Es un tema complejo, porque para ganar plata se debe estar dentro de una inmobiliaria grande o ser uno de esos “pocos tocados por Dios” que se lleva todas las construcciones de casas, edificios corporativos y grandes proyectos. Yo por ahora no me puedo quejar me ha ido muy bien en Taller. También me gustaría especializarme en construcción de hospitales; es en un nicho que pocos arquitectos han tomado.
- Ya y donde?
- Ha no se aún
- O sea tú construyes para que Macarena trabaje.

Una vez terminado de almorzar, no se hicieron esperar los bajativos de licor de oro preparado con leche cortada y agua ardiente, a ningún de los jóvenes les gustó. No cambian su ron cola o piscola por guindado, apiado, licor de menta y manzanilla, dijo Josefina como disculpándolos

Después de almuerzo Josefina y don José Manuel, se retiraron a descansar. La de ella, una pieza con dos camas de bronce una cómoda y los veladores.

Al atardecer, los llevó a una caminata al huerto, y a las pesebreras, en la cual mantenía ocho caballos chilenos con colas y tusa abundante y gruesa, al parecer de pura sangre.

Durante el trayecto a la casona, don José Manuel le comentó a Josefina de cada uno de los hijos como si fuesen numerosas las visitas entre ellos. Pudo describir con mucha intuición sus personalidades.

- No has pensado que ya es tiempo que hables nuevamente con tus hijos?
- Si, lo que pasa es que…Lo he pasado tan bien que no tengo ganas de engancharme en ese cuento
- Las cosas cuando no resultan las debes cortar, lo demás es dañino y masoquista
- Si lo se.
- Para que le sacas el poto a la jeringa?
- Me gustaría estar tranquila y fuerte para tomar la decisión. Ya el tema es doloroso y lo único que les he mostrado es que estar en pareja es algo demasiado complicado y no se como atenuar el sufrimiento emocional, al menos de Graciela. Se que a veces es un conflicto encubierto y de alguna manera, nosotros los adultos buscamos socios; en otras palabras es una daño por donde uno lo mira. Negocio la disciplina, los afectos, las agresiones y la armonía.
- Pero debes evitar involucrar a tus hijos en el conflicto.
- Es que eso es un imposible; Raimundo no entiende que mis sentimientos hacia él son diferente a los de los niños. Les - crea falsas expectativas hablándole de “la mamá” como si yo fuera para él una diosa y hace entonces una manipulación asquerosa de la situación. Ya lloré y grite, ya me arrepentí y me enojé conmigo
- Y entonces?
- A ratos me confunde. Tan empeñado está que me separe.
- No, te equivocas, estoy empeñado que seas feliz
- Y usted es feliz?
- Como cambiamos de tema. Bueno quieres oír?
- Yo me siento pleno. Con los años he encontrado la felicidad. Tuve años de tinieblas y pesadillas, como todo ser humano. De mucha búsqueda. De no  responder a mi existencia, de apoyarme en todo lo que cambiaba, hasta que acepté el desafío a los cambios y encontrarle un sentido para poder controlar mi vida.
- Pero no se siente solo?
- Josefina; ya lo habíamos hablado. Tu error está en creer que yo tengo una existencia solitaria. Me dedico a tantas cosas y tantas me apasionan. He aprendido a tener ciertas habilidades como para asumir mis propias deficiencias y vivir en paz.
- De que deficiencias me habla?
- De mi propio desarrollo. Me rijo más por modelos internos que sociales para aguantar mis privaciones, mis frustraciones, mis debilidades, mis carencias de afectos por períodos tan largos. Complicado te debo parecer no?
- No, pero fácil tampoco..
- Y que ser humano es fácil, a parte de ti?
- No crea que yo soy tan fácil. A lo mejor parezco.
- Y a propósito. No crees que ya está bueno que dejes de decirme “don”
- Ay! No me complique. No podría
- Me haces sentir tan viejo, tan distante y lejano de ti.
- No don José Manuel, todo lo contrario; usted sabe lo mucho que lo quiero.
- Chiquillos comemos?
- Cuando usted quiera, respondieron casi al unísono.

Después de comida los llevó a mostrarles una colección de sellos y monedas que había juntado desde su niñez, en la cual les contó que había partido de puro agrandado, para que sus amigos le creyeran que sus papas habían estado de viaje. En eso estaban cuando apareció el capataz a los gritos;
- Va ha nacer un novillo, llamé al veterinario,
y todos a los gritos partieron al corral. Habían varias preñadas, pero a una ya la habían lavado y había perdido el tapón mucoso. Los hombres estaban atentos a ayudar al animal en caso de emergencia hasta con un tractor.
El capataz con voz despacio, iba relatando los acontecimientos:

- El becerro es muy grande para pasar por el canal del parto. Espero que llegue luego el veterinario; si sigue así vamos a tener que tirar al ternerito.
 - Ah! Don Valentín, justo a tiempo llegó.
- Buenas noches a todos. Estaba acostándome cuando me llamó.
- Como ve la cosa?
- Bien, tráiganme agua para lavar después a la cría.
- Los bañan? –preguntó Joaquín
- No es para limpiar las vías aéreas, los ollares. Pero miren va saliendo, ya, ya levantémoslo del suelo para estimular la respiración.

Todo esto haciéndole masaje al corazón para activar la circulación, mientras desinfectaban el cordón umbilical.A excepción de Macarena, Josefina y sus hijos miraban de reojo; Graciela comenzó a ponerse pálida y antes de que se desmayara quitándole el protagonismo a la vaca, se fueron con su madre caminando lentamente hacia la casa. Una vez allá le dieron agüita con azúcar y juntas se acostaron.

- Mamá, creí que me desmayaba
- Lo noté en tu palidez
- Me dio entre asco y nervios
- Si te bajó la presión
- Te juro que quedé muerta, más cansada que la vaca,
- Ya Graciela duérmete que yo también estoy cansada. Ha sido un día excitante.
- Si, y tú te vez feliz. Que va ha decir mi papá cuando lleguemos?
- Nada. Que tendría que decir!
- Le va ha parecer pésimo y va a quedar la cagada. Por celos
- Bueno, ese es problema de el.
- Y tuyo también, y…de nosotros porque…. Porque estamos cansados de las peleas.
- Es tarde para seguir hablando. Conversemos mañana, a la vuelta a casa.
- Y pensamos una estrategia para inventarle a mi papá
- Pero que de malo hay?
- De malo nada, pero tú lo conoces y sabes que nos espera problemas
- Mijita, a ti no, en todo caso a mi.
- Es lo mismo, me carga que se peleen.
- Graciela duerme ya.

Josefina se dio cuenta que tenía una conversación pendiente con su hija; que sus problemas ella los sentía como propios y que la angustia la estaba apoderando. Recordó como fueron  los días previos al nacimiento de Graciela, y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

Se había enterado que Raimundo le era infiel con una paisajista, solo dos semanas antes del nacimiento de Graciela. –  para Josefina  una simple jardinera-  y para peor aún,  una semana antes, después de enterarse de la infidelidad, Raimundo había perdido su trabajo por razones que no pudo explicar.

Lo notó nervioso y evasivo, más diferente de lo que el ya era. Lo llamó a medio día para almorzar juntos y estaba extraño; la voz sonaba con eco como metido en un baño.

- Donde estas? preguntó Josefina
- Saliendo de la Liberia La Rosa, le respondía Raimundo
- Que extraño se escucha
- Ya estas con tus paranoias?
- No son paranoias, se escucha con eco. Voy a buscarte, estoy a dos cuadras

Llegó a la librería, pero Raimundo no se encontraba. Volvió a llamarlo

- Donde está?
- Crucé a comprar cigarros al café Madrid
- Pero como no te veo

Josefina estacionó su auto y se bajó. Era una café conocido, pero el mozo le indicó que Raymundo no había pasado aún .Se fue a la casa llorando, y se le ocurrió en el trayecto desviarse un poco para pasar frente al edificio en que vivía “su amiga” que tanto le mencionaba y tanta comparación hacía. Ahí venía saliendo, caminando agitado y con su mano secándose el pelo al viento. No la vio pasar. Josefina una vez en casa se puso a revisar la agenda que el había dejado en el closet; ahí encontró el día 13 de marzo encerrado con un círculo y una flecha hacia arriba que decía “Eloísa comienzo”. Sintió que se derrumbaba. Comenzó a temblar tratando de ordenar sus ideas en esta cabeza loca de dolor, celos, desilusión y despecho. Echarlo? Como si nacería Graciela en cualquier momento.

Esperó que llegase y Raimundo trató de confundirla más apareciendo cariñoso como nunca; hablaron poco….lo suficiente para terminar como siempre con el vozarrón del “macho pillado agresor” diciéndole:
- Hazte ver. Estas loca. Te pasas películas.
- Te vi., no lo niegues
- Sabes que no tengo ganas de discutir más – tapándose los oído y gritando TIENES RAZÓN, TIENES RAZÓN, TIENES RAZÓN, con la melodía de una canción.

Así se mantuvieron silenciosos hasta el día de la cesárea programada.

Josefina pasó a buscar a Joaquín al colegio, y en la clínica estaban dos amigas esperándola para acompañarla y obviamente su madre. Una la pediatra, quién recibiría a su hija, la otra una amiga de la infancia. Cuando estaba por entrar a pabellón apareció Raimundo feliz, hablando a diestra y siniestra de la alegría que sentía de ser padre.

Josefina antes de saludarlo le dijo:
- Raimundo: quiero pedirte un favor especial. Estos cincos días que estaré en la clínica hagamos un paréntesis en nuestras vidas, y conversemos después en casa. Cualquier cosa que me pase, el estudio de don José Manuel tiene un testamento.
- Pero si eres tú la que estas enojada conmigo. Y de testamento ni hablar.

Durante la estadía de Josefina en maternidad, fue poco a verla y buscaba cualquier oportunidad para salir de ella con cualquier disculpa.

- Mira, en el supermercado de al frente te compré un sacaleches.
- Gracias, decía Josefina apesadumbrada.

En la próxima visita llegaba con un chupete, y así el tiempo que debía acompañar a su mujer y regalonear a su hija, es capaba como que si el diablo lo persiguiera.

En una de las tantas entradas y salidas, Raimundo notó algo diferente en la pieza y preguntó:
- Que lindo ramos de flores. Se puede ver la tarjeta de quién te lo envió?
- Me lo envió don José Manuel pero dirigido a mi.
- Ah! Se me olvidaba que es tu gurú y protector, le respondió molesto y fue motivo suficiente como para retirarse y trasladarse supuestamente a la casa.

La última noche en la clínica Raimundo le dejó una carta en el velador. Josefina esperó la última papa que debía darle a su guagua y abrió lentamente el sobre, en ella decía:

" Negra:

A pesar de los malos ratos que te hago pasar y mas aún en estos días, no puedo dejar de darte las gracias por haberme aguantado estos años de Matrimonio.

A pesar de que no es notorio en el día a día, te quiero mucho y no tengo palabras para agradecerte que me hayas dado la posibilidad de compartir mi vida a tu lado.

Tenemos un familia que es ejemplo, un hijo brillantes y otra que será nuestra luz, cada uno en su tipo. Mi princesa copiará de su hermano mayor lo cariñoso y afectivo, con valores claros y así estarán encaminados en la vida. Todo ello se debe únicamente a ti, que has perseverado en entregar el afecto, la protección y la guía a cada uno de nosotros.

No tengo palabras para agradecerte y lamento no poder hacerte el regalo que te mereces, pero en lo mas profundo de mi, es un PENDIENTE, que añoro el dia de poder entregarlo, es cosa de tiempo y de mejoría en mi situación económica.

Añoro los tiempos pasados, que iba a una joyería y elegía (dentro de mis posibilidades una tonteriíta), no imaginas lo mal que me siento en poder demostrarte con esas tonteriítas cuanto te quiero, y que se que te hacen feliz.

Josefina GRACIAS y quiero reiterarte que jamás he dejado de quererte y de necesitarte, me siento orgulloso y feliz de estar a tu lado, eres mi esencia y mi cable a tierra.

Te querré para siempre.

Raimundo."

Pasaron los días hasta que cuando Graciela cumplió los dos meses, le pidió que por favor se fuera de casa. Su romance continuaba y la situación era insostenible., pero no quiso recordar más, solo un veloz pensamiento al llevó a comparar la diferencia de situación vivida en los nacimientos de sus hijos. Era tan abismante, que se propuso dormir  después de calmar su rabia sin entenderse ni ella misma, pero si preocupada por el día de mañana cuando regresara a casa, y su soledad se hiciera insoportable.

Una puerta que se cerró, fue en definitiva la razón que la sacó de su viaje al pasado, y  la trajó a este fin de semana de ensueño, repasó el día vivido  y se dió cuenta que  descubría que se estaba enamorando de José Manuel, si don José Manuel, el mismo que bajo el mismo techo probablemete ya dormía.